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CUENTOS DE LA COMUNIDAD AWA

CUENTO DEL ARMADILLO


Andaban dos cazadores, éstos llevaban perros y escopetas, en el rastrojo se encontraron un armadillo, éste al verlos, se fue a la cueva. Ellos se pusieron a escarbar con palancas de chonta y cuando sintieron, estaban en el otro mundo de abajo, al estar allí llegaron muchos armadillos como piedras, que había en este lugar, allí había mucha, se pusieron a hablar.

El dueño del armadillo del muerdo de abajo, “Kuesmasú”, daba consejo que no los hirieran, porque a él le tocaba duro, ya que le tocaba curarlos.

Les dijo a los señores que cuando le disparaban al armadillo con escopeta, debe ser de una sola a los grandes, los pequeños se dejan para la cría.

Allá se hicieron amigos con la gente de ese mundo, les dieron chontaduro, maíz, plátano y armadillo. Los dueños solo comían humo, no les gustaba comer, a los amigos cazadores les dieron la carne, la gente no orinaba, por eso los llamaban los “tapacubos” o los ¡pilmeas¡.

Estos invitaron al una minga a socalar maíz, fueron bastantes, se pusieron a tirar hacha a los árboles de rascaderas y6 los de aquí del mundo de arriba, ¡Mamasú¡ de un machetazo los mandaba al suelo, después que regaron maíz se pusieron a dormir un año.

Un cazador se enamoró de una mujer del otro mundo, al hombre lo encerraron y decían: “póngalo ahí, se ha muerto”.

Ellos sintieron el papagayo que chillaba y dijeron: ¡levanten, levanten ligero a guardar maíz¡
Curado el hombre cazador, se encontró con una hormiga arriera que cargaba hierba en la cabeza, le dijo que los sacara de allí, la hormiga le dijo al cazador: “¿Cuánto me paga?”. El cazador le dijo: “Un quintal de maíz”. Entonces la hormiga le dijo: “Cierre los ojos”, y así lo hizo.

Así que cuando el hombre abrió los ojos ya estaba arriba, el hombre fue y trajo el maíz y lo dejó donde la hormiga le había dicho. Curado el cazador, fue a mirar el maíz, la hormiga ya lo había cargado todo.

El cazador fue a contar a su mujer y a la gente lo que a él le había pasado. El hombre estuvo un año allá, gracias al encuentro de la hormiga que lo sacó a él y al perro.


CUENTO DEL MUNDO DE ARRIBA

Antiguamente vivía una familia en una casa, un día murió el esposo, la mujer quedó llorando todos los días, lloraba hasta perder el conocimiento.

Después de unos días, cuando ella fue al cementerio sintió que silbó una persona, era el águila que hoy día chilla., “¡Chik, chik, chik¡…” el marido se le acercó en forma de águila como si no hubiera muerto y le dijo: “¿Por qué estás llorando?, la mujer le preguntó como había venido, entonces él le dijo: “¡vámonos ahora¡”, antes de esto le aconsejó que cerrara los ojos para que no se fuera a caer del cielo, cuando llegaron le dijo: “ya esta arriba”. Y él desapareció. La mujer llegó a una casa donde estaban todos muertos, allí encontró a la comadre y le dijo: “Esta de noche”, pero para la mujer estaba De día, la comadre dijo más luego: “Ya amanece y era cuando iba a oscurecer”, la comadre le sirvió frijoles y chontaduro y después se fueron a cosechar cuando anochecía (amanecía).

Llegaron con canastos de fríjoles y chontaduro, cuando la mujer veía la canasta era como higra, pero ellos decían que eran un canasto.

Allí vivían cuatro mujeres y se fueron a cosechar fríjoles y chontaduro.

Tenían una olla de barro, la mujer al otro día se fue para donde el esposo que estaba en otra casa y cuando iba llegando miró que estaba sentado en la grada, ella lo saludó pero él no respondió, solamente se quedó mirándola; a él le gustaba trabajar raspando chonta, allá en el cielo también trabajaba.

Cuando oscureció la mujer se fue a dormir, ella miró a su esposo y trató de tocarlo pero no estaba, sólo tocó que estaba mojada la chonta, al otro día por la tarde, el esposo le habló bravísimo y le dijo: “¡Mañana te vas a la tierra, anoche me estabas tocando mis ojos!”.

La mujer se fue a la casa de la comadre y le dijo que le diera semilla de fríjol, la comadre le aconsejó que las sacara al sol, ella la sacó al sol y se le olvidó recogerla, en ese momento la semilla se convirtió en lagartijas que se fueron vivas, después de tres días la comadre murió.






AMBARENGUA: EL CUENTO DEL ARBOL GRANDE


La vieja iba a cuidar con comida a los niños y a los viejos mientras sus padres estaban fuera de casa, cuando los niños orinaban se preguntaba ¿qué será que orinan flor colorada?.

El niño más grande estaba matando pájaros y cuando se fue la vieja al árbol con una higra, al grande lo mandó a trabajar, pues a él ya no le daba de comer, pero él ya la había visto que se subía al árbol a bajar comida; ella bajó a cocinar ligero, era rápida para cocinar, vivía en la casa donde los papás de los niños, de noche se iba a buscar cangrejos para comérselos crudos, de día se la pasaba en el fogón de la casa. El niño grande aviso a los papás donde estaba el árbol, ella se puso brava y pegó un grito muy fuerte.

Entones los papás pusieron una olla con agua caliente en todo el camino por donde iba a pasar. Los mayores se pusieron a tumbar el árbol y la vieja se fue a ver y pasó por donde estaba la olla, cayó y se quemó.

Cortaron el árbol pero sanaba un poco, a los tres días decían: ya no podemos, el árbol estaba amarrado arriba y no podían tumbarlo, ni la ardilla, ni el papagayo, solo el pilmo logró tumbarlo, subió por el bejuco y lo cortó y cayó el árbol

Machú dijo: “voy a chupar guinul”, o sea pepas. La ardilla dijo: “Mi maíz y todo lo que encuentre”. El papagayo dijo: “yo voy a comer barbachas”. O sea cáscara de palo. Los Awá se pusieron a sembrar toda semilla que cayó del árbol grande.

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